jueves, 29 de octubre de 2009

Alcoholismo, una enfermedad social


PERSONALIDAD DEL ALCOHÓLICO



Las razones para el consumo de alcohol van, no obstante, más allá de la pura diversión. En cuanto a las causas biológicas, hoy se descarta que el alcoholismo sea una enfermedad hereditaria, como se afirmaba antes. Tanto Francesc Freixa como el presidente de la Asociación de Psiquiatría Social Europea y especialista en esta materia, Francisco Alonso-Fernández, niegan que la disposición de engancharse al alcohol esté determinada por los genes. Según ellos, en principio, el riesgo de volverse alcohólico es para todos el mismo. Sin embargo, sube la probabilidad cuanto más uno bebe para los que mejor aguantan el alcohol. Como rasgos característicos de los alcohólicos destacan su timidez, inseguridad y falta de autoestima además de una baja tolerancia de frustración. El alcohol ayuda a relacionarse con los demás y especialmente a los adolescentes también les ayuda a conocer a los del sexo opuesto. Frecuentemente el alcoholismo va además relacionado con depresiones. Mientras unos tienen primero depresiones y empiezan a beber por eso, otros, como Laura, lo experimentan al revés. “Con la evolución de la enfermedad te vas cayendo siempre más abajo”, cuenta. “Vas buscando gente que bebe como tú. Con los 23, 24 años, empecé a tener mucho miedo, siempre estaba llorando, me acosaban imágenes de suicidio”. También Mar sentía el deseo de morirse aunque no se veía capaz de suicidarse: “Me sentía muy mal, muy sucia, mala madre, una viciosa”, se acuerda, “pero no podía parar”.


LUZ AL FINAL DEL TÚNEL

Si una persona presenta evidencias de dependencia, la salida del alcohol no es fácil a pesar de que haya psicólogos y psiquiatras, centros de atención ambulantes, clínicas de desintoxicación además de grupos de autoayuda en abundancia. “Me veía incapaz de imaginarme mi vida sin beber”, cuenta Laura, que ya lleva unos cuatro años sin alcohol. Tampoco quería reconocer al principio la gravedad de su situación: “Cuando mi psicóloga me habló de los grupos pensé: es lo último que haré; tampoco es para tanto, no estoy tan mal”. Te sientes destrozada pero cuando te dan una solución tampoco la quieres tomar. Te parece que no va contigo”. Sin embargo, era justo en este grupo de los AAs donde por primera vez se sentía entendida en su manera de sentir y actuar y fue lo que la ayudó a renunciar al alcohol. Hay muchos caminos para salir, pero uno debe desearlo realmente por que si se puede.


Parte del artículo " Alcoholismo, una enfermedad social"
The Ecologist para España y Latinoamérica
2008

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